sábado, junio 19, 2004

Nos vemos en el Infierno

Cuarenta teólogos italianos definen en un simposium los nuevos ciberpecados

Un grupo de cuarenta teólogos italianos que participaron en un simposio sobre penitencia, celebrado cerca de Roma, ha definido las nuevas "formas de pecado" acordes a las nuevas tecnologías: "piratear" programas informáticos, visitar portales pornográficos, crear o difundir "virus" y "bajarse" ilegalmente de Internet música, documentos o películas.

Varios medios de comunicación italianos se han hecho eco de las conclusiones a las que han llegado un grupo de cuarenta teólogos italianos asistentes a un simposium sobre penitencia celebrado en el santuario de san Gabriel del Gran Sasso, a unos 120 kilómetros de Roma, justo cuando el Vaticano celebra la jornada mundial anual para las comunicaciones sociales.

Los participantes definieron las nuevas formas de pecado que acechan a todo aquel católico que se siente frente a un ordenador con acceso o no a Internet. Los comportamientos pecaminosos van desde los muy graves, como visitar portales pornográficos, a otros menos pero "económicamente dolosos para terceros", como piratear programas informáticos, “bajarse” música, películas o documentos ilegalmente o crear "virus" y/o propagarlos vía e-mail, según informó La Vanguardia.

De acuerdo a los teólogos, los nuevos pecados de carácter informáticos están ligados a los conceptos de verdad y mentira. Por ello, comete pecado todo aquel que chatee de modo abusivo, mintiendo o informando con falsas generalidades, quien envíe mensajes anónimos por Internet o mande "fake mail" (correos falsos), es decir quien envía mensajes desde correos electrónicos falsificados que hagan pensar al receptor que conoce o puede identificar al remitente. Todo ello equivale a mentir. En realidad, los especialistas no consideran que los "tecnopecadores" sean una "novedad moral", pues sus pecados se encuadran en los cánones clásicos de los diez mandamientos.

En una entrevista concedida al periódico italiano La Repubblica, el redentorista Sabatino Maiorano, presidente de la Pontificia Academia Alfonsiana de Roma, explicó al respecto que "el confesor debe hacer entender que un determinado comportamiento puede hacer daño a otros. Se trata de ayudar a quien quiere vivir con responsabilidad la libertad ofrecida por los nuevos medios de comunicación, para redescubrir un uso humano del instrumento."

Libertad Digital, 27-05-04

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